Armando Salzman escribió:
"Cuando Gilles Deleuze y Félix Guattari encararon el capítulo sobre la Geología de la Moral del libro Mil Mesetas, tomaron un par de clases particulares con el Profesor Challenguer, porque realmente no cazaban una. Challenguer citaba una frase que afirmaba haber encontrado en un manual de geología y que había que aprender de memoria porque solo más tarde se podría comprender: “Dios es un Bogavante, un crustáceo de doble pinza”. Con una pinza articula en un estrato geológico amontonando unidades de sedimentos cíclicos, con la otra rasguña y descubre en otro estrato nuevas debilidades del terreno. En ese momento, Guattari, dio un salto en su silla (con tal violencia que a Deleuze se le saltó el porro que dificultosamente intentaba fumar a pesar de su enfisema) y gritó exaltado: -¡¡¡ Sanguinetti, Sanguinetti !!!, ¡¡¡ Lo entendí Gilles, lo entendí, es lo que hace el Maxi !!!. Ante la mirada atónita del Profesor Challenguer, Guattari, ahora más calmado le explicaba: -¿Ustedes no leyeron “Todos somos ovejas”?, el humor de Maxi es también un bogavante. Con una pinza sedimenta sonrisas, carcajadas, suaviza nuestra devolución de la mirada sobre la realidad que construye el poder, con la otra, escarba en las debilidades de nuestros propios terrenos existenciales y mantiene la llaga abierta. -Claro, dijo Deleuze, intentando cerrar con una frase importante que demostrara por qué él firma antes que Guattari en los libros: -Maxi intenta poner en cuadritos, las pasiones alegres de Spinoza."
"Cuando Gilles Deleuze y Félix Guattari encararon el capítulo sobre la Geología de la Moral del libro Mil Mesetas, tomaron un par de clases particulares con el Profesor Challenguer, porque realmente no cazaban una. Challenguer citaba una frase que afirmaba haber encontrado en un manual de geología y que había que aprender de memoria porque solo más tarde se podría comprender: “Dios es un Bogavante, un crustáceo de doble pinza”. Con una pinza articula en un estrato geológico amontonando unidades de sedimentos cíclicos, con la otra rasguña y descubre en otro estrato nuevas debilidades del terreno. En ese momento, Guattari, dio un salto en su silla (con tal violencia que a Deleuze se le saltó el porro que dificultosamente intentaba fumar a pesar de su enfisema) y gritó exaltado: -¡¡¡ Sanguinetti, Sanguinetti !!!, ¡¡¡ Lo entendí Gilles, lo entendí, es lo que hace el Maxi !!!. Ante la mirada atónita del Profesor Challenguer, Guattari, ahora más calmado le explicaba: -¿Ustedes no leyeron “Todos somos ovejas”?, el humor de Maxi es también un bogavante. Con una pinza sedimenta sonrisas, carcajadas, suaviza nuestra devolución de la mirada sobre la realidad que construye el poder, con la otra, escarba en las debilidades de nuestros propios terrenos existenciales y mantiene la llaga abierta. -Claro, dijo Deleuze, intentando cerrar con una frase importante que demostrara por qué él firma antes que Guattari en los libros: -Maxi intenta poner en cuadritos, las pasiones alegres de Spinoza."
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